Tácticas para controlar la invasión de las aves con mallas antipájaros.
Existen muchas formas de mantener fuera a los pájaros como se mencionó anteriormente. Sin embargo la mejor forma según estudios realizados en campo que mantiene alejadas a las aves de nuestros cultivos sin la necesidad de afectarlas directamente es el uso de mallas antipájaros. Estas mallas o redes hoy en día se han convertido en la principal herramienta de muchos agricultores de árboles frutales así como de cultivos de frutillas que son sumamente atractivos para las aves y murciélagos frugívoros, puesto que les brindan una enorme cantidad de nutrientes para concebir el vuelo.
La primera estrategia ecológica
que se pensó a inicios de la invasión de aves en los cultivos fue el instalar una cubierta al cultivo que permitiera mantener las mismas condiciones ambientales en las que se encontraba comúnmente. Por lo que dio como resultado la instalación de una o dos mallas antipájaros sobre la punta del árbol y dejarla que corriera a lo largo del árbol incluyendo sus ramas. Desafortunadamente para muchos árboles las mallas quedaban muy apretadas y pegadas a las ramas, por lo que no solucionaba el problema al 100% ya que muchos frutos quedaban cercanos a las mallas y los pájaros de algún u otra forma se las ingeniaban para meter el pico y alcanzar el fruto. Al toparse con esta situación los agricultores optaron por buscar otra solución utilizando como herramienta las mallas antipájaros.
La segunda estrategia que se puede aplicar con las mallas antipájaros
es instalarla de tal forma que se realice una cubierta de encajonamiento. Esta estrategia consta de poner palos o tubos totalmente rígidos en cantidad y tamaños lo suficientemente necesarios para colocar varias mallas de tal manera que se forme una estructura en forma de “cajón”. De este modo las mallas se colocan arriba, y a los lados de varias hectáreas de cultivo impidiendo el paso a las aves por completo, pero sobre todo, sin perjudicar las condiciones ambientales como la captación de luz solar, aireación y humedad que son sumamente importantes para el crecimiento y desarrollo de todas las plantas.
Claramente esta estrategia consta de más esfuerzo al momento de que esta se instale, pero sin duda alguna es la que mejor ha dado resultados en cuanto a la reducción de pérdidas por frutos picoteados o devorados por organismos como las aves y los murciélagos. La ventaja que tiene también la utilización de las mallas HORTOMALLAS es que al estar fabricada con materiales como el polipropileno se vuelve duradera, y reutilizable para varias generaciones de cultivos.
Esta estrategia también aplica para los cultivos de frutas pequeñas como son las fresas, arándanos, blueberrys, etc. que evidentemente también necesitan tener protección con mallas por ser los más llamativos para las aves tanto por sus nutrientes como por su color. Sin embargo en estos frutos pequeños se acostumbra instalar “macrotúneles” apoyados también con guacamallas que impiden el paso de las aves dentro de este y estas reducen nuestra producción debido a las pérdidas de frutillas picoteadas o devoradas.
La malla también se puede aplicar en edificios como protección de la arquitectura que con los desechos fecales de las palomas.